No entiendo porqué sigo maniatada a cosas que todavía duelen. Porqué sigo esperando cosas que se que nunca van a llegar. Porqué sigo atada a cosas que hace muchísimo tiempo terminaron... me cuesta muchísimo desprenderme y alejarme de personas y cosas que, en realidad, me hacen mal. Siempre fui de esas personas a las que les cuesta aceptar la realidad. Por eso debe ser que me cuesta tanto lograr entender las cosas, y por esa misma razón, siempre termino tan maniatada a la mayoría de ellas, sin poder escapar.
Para eso, creo que hace falta bajar, salir un rato de mi mundo, tocar el suelo con los pies, pisar tierra firme y darme cuenta de cómo es todo en realidad y cómo cambia todo en tan poco tiempo... para bien, y para mal (aunque la mayoría de las veces cambian para mal) y cómo aprender a sobrellevar las cosas y los cambios. Aunque me de miedo, aunque no quiera, aunque ponga mil excusas para no hacerlo, muchas veces es necesario y al fin y al cabo, termina haciéndome bien. A mí, y a mi al rededor.
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