Consecuencia número 98:
Volvió a pasar. Viví en una cajita de cristal por una semana, apartada de toda clase de realidad. No escuché criticas ajenas, y seguí en mi camino, firme y fuerte, pensando que era lo correcto, cuando lo único que tuve que hacer era escuchar a los demás. Mi mundo estaba lleno de magia y felicidad, nada de realidades tristes y decepcionantes. Hasta que entendí que, esta bien a veces, ver la realidad, y escapar del mundo de las ilusiones y la felicidad. El que vive de ilusiones, muere de decepciones. Nunca lo entendí hasta el día de hoy.
Por otro lado creo que si las cosas llegaron a su fin, es por algo. Todo pasa por algo, siempre hay una u otra razón para todo lo que pasa, y aunque todavía no sé cual es la causa de esto que nos pasa hoy, sé que con el tiempo va a ser lo mejor.
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